Veintinueve de Noviembre de 2012,
arranca en el Matadero de Madrid el Expocómic 2012, la mayor
concentración de aficionados del género que se reúnen año tras año en la
capital.
Entramos en el recinto, y nos indican amablemente que para conseguir nuestras acreditaciones tenemos que ir cerca de 100 metros atrás para el puesto de “Información” (Mal, organización, mal, estas cosas primero hay que señalizarlas bien que no lo habéis hecho y luego dejarlo cerca del evento).
Entramos y el paraje es algo desalentador, son las cinco de la tarde y apenas vagan un par de almas entre los puestos, pero es normal, aún no se ha caldeado el ambiente y es jueves, la cosa mejorará.
Y así comienza nuestro periplo visitando el lugar. Nos movemos de forma errática entre los puestos y el primero que nos llama la atención es el de un amable caballero de Zaragoza (su cara está impresa como un superhéroe al más puro estilo de Súper López), que bajo el título de Supervázquez Cómics, nos comenta que regenta una tienda on-line desde la que distribuye vía on-line y aparte de ser un tío muy simpático que nos cuenta sus batallas de vendedor, nos llega al corazón al mencionar que “no merece la pena perder un cliente por un cómic que llegue en mal estado, si eso ocurre yo te lo cambio sin discutir ni cargos adicionales”. Primer puesto y ya se han ganado nuestro corazón.
Entramos en el recinto, y nos indican amablemente que para conseguir nuestras acreditaciones tenemos que ir cerca de 100 metros atrás para el puesto de “Información” (Mal, organización, mal, estas cosas primero hay que señalizarlas bien que no lo habéis hecho y luego dejarlo cerca del evento).
Entramos y el paraje es algo desalentador, son las cinco de la tarde y apenas vagan un par de almas entre los puestos, pero es normal, aún no se ha caldeado el ambiente y es jueves, la cosa mejorará.
Y así comienza nuestro periplo visitando el lugar. Nos movemos de forma errática entre los puestos y el primero que nos llama la atención es el de un amable caballero de Zaragoza (su cara está impresa como un superhéroe al más puro estilo de Súper López), que bajo el título de Supervázquez Cómics, nos comenta que regenta una tienda on-line desde la que distribuye vía on-line y aparte de ser un tío muy simpático que nos cuenta sus batallas de vendedor, nos llega al corazón al mencionar que “no merece la pena perder un cliente por un cómic que llegue en mal estado, si eso ocurre yo te lo cambio sin discutir ni cargos adicionales”. Primer puesto y ya se han ganado nuestro corazón.